jueves, 5 de junio de 2008

"Espacio de mujer"




El vaho de la cruel latencia es tu propio parto.Emerges desde el agua sin perfume, salida de los escombros de algún Edén perdido,los guijarros peregrinan lugares ignotos,buscando almas y rumor.Un viento solitario roza los pétalos esparcidos y acuclillados entre botones de nácar,cintas de terciopelo gastado y agujas herrumbradas.La cárcel acuosa desgrana un silencio de pabilo desgastado entre opacas lunas y magnolias bordadas en el espacio de tela, que va a secar tu rostro frío.
¿Qué caos se desata,en tanto lo que ocurre se disipa? una muda conmoción de lo imposible huye de tu hermita,dejando pequeñas gotas sobre el pasto,como una real sustancia de la vida.
Una mano intangible te acaricia lentamente y en la memoria despierta un grito amurallado,cuando el roce de una espina rompe la piel de tu mejilla y la carne se hace un botón de sangre.
En ese momento hay una sugestión que emana de lo hermético y deja la fugacidad de lo corpóreo.El tiempo se desborda,se abre al infinito y tu voz con sonoridad de viejos laúdes, camina el espacio oponiéndose al silencio.
En medio de la noche nace el proyecto de un mural inconcluso;es el regazo mismo de la vida que proyecta su gran inmensidad en el bastidor del espacio sideral.

El atardecer se instala en pámpano y tejado, la esencia de las cosas se multiplica ante tus grandes ojos, que miran como el tiempo se bifurca.
Has nacido mujer y es alucinante, como responden a tu aliento todos los unicornios, sacudiendo el polvo blanco de sus lomos.
Las manos recorren los escombros ,navegando el reducto de la especie cineraria que se pierde en el tiempo sin relojes, confundiendo el fin y los comienzos.

miércoles, 4 de junio de 2008

"Mutismo Selectivo"



En ningún tiempo, es posible espiar o retornar a ese inquietante punto.
Entrar al páramo oscuro del que no se puede regresar y donde las cosas, son apenas un trozo de pared descascarada.
Un deseo compulsivo junto a sus alias se arrastran a esa región alucinante donde los días, son ausentes.
Desde mi rincón atroz, salgo a buscar una luciérnaga que ha encallado en los fangales.
Navego entre árboles hieráticos que amenazan cobrar vida, en cualquier momento.
Mi vestido es de una obscenidad que encierra todo el espacio del cuerpo,alumbrado por la débil transparencia de las venas.
Incapaz de distinguir la delgada línea que separa mi realidad de las obsesiones.
Una soprano muda que le canta a la luna con ojos mutantes y ella me devuelve el aplauso de su fosforescencia.
Temo a los límites mutables mientras sigo buscando el camino del vocablo profano.
Pronuncio un nombre indescifrable que sale de la mutilación de las lenguas.
Son aquellas que debían indicarme el lugar dónde abrazarme con la vida.
Esta historia no será contada por lo imposible de romper con los mutismos.
O quizá lo hagan como un cuento fantástico y digan siniestramente:
Ella era un ser inexplicabe y esto a lo mejor...nunca pasó.