viernes, 10 de abril de 2009

"Catálogo de Esencias"






El aire de la noche me desnuda
se esparce por mi cuerpo
como un amante laborioso.
Me abraza y me distiende
propagando iridiscencias
donde mi latido quema.
¡Oh! la mano de hierba
silenciando los murmullos
del amor.
Tendido sobre mí, amaderado,
con frutas de Casoar,
Cardamomo y Vetiver
me llega desde muy lejos,
desde cada instante,
desde siempre,
y se une a mi rosa violeta,
ilumina el jazmín extasiado,
e impacta con su madera de cedro.
Unimos sándalo y especies,
el aliento nos aturde y nos posee.
Y el tiempo es todo,
de todo esto quiero hablar,
únicamente de esto.
De lo que me inunda y me inquieta,
soy una muñeca de insomnio
cuando la luna golpea en mi ventana.
Tengo en mi cuerpo esencias perennes.
Mi amado se deshace de mi s manos
tomo la palabra embebida de fragancias y
vuelco aplanadas geometrías incansablemente
mientras la luz del astro, me redime.

"Catálogo de Esencias"






El aire de la noche me desnuda
se esparce por mi cuerpo
como un amante laborioso.
Me abraza y me distiende
propagando iridiscencias
donde mi latido quema.
¡Oh! la mano de hierba
silenciando los murmullos
del amor.
Tendido sobre mí, amaderado,
con frutas de Casoar,
Cardamomo y Vetiver
me llega desde muy lejos,
desde cada instante,
desde siempre,
y se une a mi rosa violeta,
ilumina el jazmín extasiado,
e impacta con su madera de cedro.
Unimos sándalo y especies,
el aliento nos aturde y nos posee.
Y el tiempo es todo,
de todo esto quiero hablar,
únicamente de esto.
De lo que me inunda y me inquieta,
soy una muñeca de insomnio
cuando la luna golpea en mi ventana.
Tengo en mi cuerpo esencias perennes.
Mi amado se deshace de mi s manos
tomo la palabra embebida de fragancias y
vuelco aplanadas geometrías incansablemente
mientras la luz del astro, me redime.

jueves, 9 de abril de 2009

'Homenaje a un ramo de violetas'





El búcaro como un universo incomprensible

las contiene en el agua transparente.

Herméticas mortajas sus tallos pálidos

van en desmedro del verde intenso al blanco

como pestañas de niña dormida.

Pequeñas larvas a contraluz del sol titilan

y flotan entre pétalos desprendidos.

Junto a otras en errante pompa girando

en ese universo sin apoyo decantan y se van

al fondo a compartir con otras murientes

esa infinita reunión de soledades.

Un destello de sol

toca con oro las desfallecientes violas

y en ese mundo habitual de mi contorno

donde solo trascienden las pequeñas cosas

mis ojos azorados más allá de toda lejanía.

Me interno en ese mundo minúsculo

y veo las pequeñas cosas que,

en humilde homenaje

se acercan

al oscuro espejo del fondo

donde descansan

las violetas.