jueves, 12 de marzo de 2009


Aferrándome a la existencia

me deslizo con aire de changuito

que va rodando hacia la feria

apurando las ruedas ovaladas.

Guerra en las calles,

cacerolazos de hambre,

ojos chinos y mucha bronca.

Miro las imágenes que me dan los chicos

viajando en tren de la miseria.

Soy una mujer que por centavos,

viaja custodiada de santos y benditos.

En las estaciones del no tiempo,

espero aquel tren a ningún lado, que pasa

raudo y nunca se detiene.

Hago el amor desganada con mi suerte,

y me nacen horas sin destino.

Mi futuro se levanta cada día,

envuelto en el camisón gris de la rutina.

Nos desayunamos con un mate bien amargo,

desde la radio una hermosa voz, me desanima.

Me tira abajo los ruleros.

Me fusila el flequillo con la muerte.

De que hay huelga en los andenes y

balearon al viejo de la esquina.

Sigo viviendo, no se cómo en el infierno.

En este bote viejo de la vida.



Allá en el patio de ladrillo y musgo

la hermana bicicleta que me espera,

sin decir nada.

Impasible sola y fría.





Recostada en la pared parece

que es un hombre,

mirando hacia la casa.





Ella me espera,

no hay quién lo haga.

La vida se me ha ido en despedidas.





Y ahí está,sola,

como yo, esperando.





Tal vez

aprendo a volar como el E.T

y nos vamos juntas a la luna,

sin mirar atrás seguramente...