martes, 27 de abril de 2010

" La visita"


Iba con los mercaderes del silencio
me acompañaban a ninguna parte
jugaba a no mostrarles mis derrotas
de aquellas rebeldías ancestrales.
Andaba por este lugar siempre cerca de ti
sé que todo ha concluido y no lo entiendo
antes de finalizar ya se había acabado.
Pasaba por el lugar y buscando sustancias
germinales se desangró el techo de mi vida.
Miro los rincones absolutos de tu casa y
nada quedó, es como si yo jamás gocé de todo
lo que te circunda como cien puntos sin luz.
Pasaba por aquí, no tengo apuro ahora.
Soy mujer de nadie una insignia sin solapas
una libreta sin direcciones una canoa vencida.
Sólo pasaba por este lugar y vine a ver si el gato
Mercurio de la pata torcida no se ha muerto.
¿Te das cuenta? el felino me toca más el sentimiento
que vos un ser humano( después de todo nunca te gustaron)
Sin embargo cuando emigré indivisible aquel día
se quedó a tu lado viendo como me marchaba.
Y me doy cuenta por qué no se fue conmigo
él quedó de amparo, porque ya estabas aquejado.


Caminé hasta aquí y pensaba con tristeza que
este barrio tan lindo ya no tiene veredas.
Un sol apagado se refugia en la plaza de enfrente
dónde no existen flores en los canteros grises.
¿Sabés que yo creía que en tu patio había cien malvones?
Cuando salgo de la pieza no me acompaña nadie
Mercurio me mira indiferente y se queda dormido.
Así como estás vos, sólo que él no está muerto.


Agradezco la pintura -óleo de Rosa Esther Méndez-