jueves, 5 de febrero de 2009

"Indiferencia"




Una hoja se seca desprendida del fresno
el retazo de sol se escurre entre zarzas.
El tiempo es y no es o quizá no se lo siente.
Caminás como siempre con tu inacabado hoy
y no te importa el ayer ni el mañana.
Estás soterrada y el frío de sepulcro te lacera.
Es tu horario de no ser más que una voz perdida,
y tu ángel guardián mira hacia otro lado.
Va tu tiempo sujeto entre mallas de acero, unidas
a tu universo incomprensible.
Sin latido seguís girando en todos los ciclos
con el universo inmutable, de espectador indiferente.
Tu absurda pequeñez es una sombra nada más.
De ojos vendados caminas las tinieblas del ardor.
Sos un árbol prisionero en su propia sombra, un buho
que hace de paraguas brillante bajo la lluvia.
Hasta el sol mira hacia otro lado y no toca tu piel.
Aprendiste a no estar estando,a esperar lo que no existe.
Te rodea la indiferencia y buscando no te encuentra.
Es que tu casa y tu cuerpo están vacíos,sin respuesta.
Y vos no te sentís...
nadie quiere hablarte...
nadie quiere verte...
Indiferencia
sos una pregunta sin respuesta.

"Las cosas que me rodean"





Las bacterias parecen hombres
incorporadas a la sed cotidiana
como agentes del agua cristalina.
Me desandan con su paso delgado
y trasponen la puerta de mi espacio
atacando los puntos débiles de la carne.
Reptan pegadas a los bordes de mis órganos
trasladando sus mutaciones diluyendo los glóbulos.
No saben de límites ni de muros, solo avanzan sin doblarse
en sus contornos inestables que se multiplican en vampiros
bebiéndose mi sangre,como espejos insólitos llenos de sombras.
Esas cosas que me rodean...
Parecen hombres como prólogos de las muertes y el frio de los cuerpos.
Preparan su ropaje cuando van a extinguirse y se ponen tercas como un viejo.
Luchan contra todo lo que ingresa y se oyen sus alaridos salvajes.
En sus silenciosas guaridas las esperan aquellos líquidos ambarinos
que van a empujarlas al vacío.
Yo fuí espectadora y me convertí en algo parecido a la nada.
Junto a ellas que me andaban, en el límite justo del olvido.

domingo, 1 de febrero de 2009

"Olvido de dos"





No hace falta el sol en mi vereda
tu cabeza contra el vidrio
los ojos alertas.
Necesitamos las bocas apretadas
el silencio hiriente.
Se fueron los sueños junto al verano
y sin misericordia llegó el otoño
con su llovizna.
Hubo un puñado de rabia, vino el asco
y la violencia junto a la mentira.
La pared se puso negra y el sol no entraba
la vereda de enfrente siempre luminosa era ternura.
Desconocimos todo,se nos cerró el pecho cuando nos fuimos.

Nos quedamos sin luz.

Los monstruos llegaron
se metieron en nuestros sueños
y se quedaron a vivir, esta pesadilla.