viernes, 24 de abril de 2009

'El séptimo día'






En la oscuridad unas manos húmedas
iguales a las suyas la rozaron...
el perfume a incienso se hizo irrespirable
flotando en el denso universo del espejo,
donde el sonido de una música atrapante
marcaba esa lenta agonía.
Por el pecho un sudor gelatinoso le trepó rápidamente
en un viaje hacia la garganta, un collar viscoso y fuerte
como las manos de un hombre, exasperado e irritable.
Así era visceralmente que sentía el malestar y la ronda
de la muerte, encapuchada de rojo con una cara cenicienta.
Las cuencas de los ojos vacías, donde hubo ojos centellantes.
El espejo ahí, cavernario como tumba de todos los retratos,
carcelero de miles de imágenes y réplica de escenas y escenarios.
De rostros de risas y de llantos, de mujeres, hombres santos y mundanos.

El sol despertaba esa mañana y ella se moría...
Con el último esfuerzo de su materia casi yerta, rompió el espejo con el pié
se desparramaron bestias carroñeras, insectos,vampiros,gusanos y larvas.
Brílló un instante su anillo de plata y el amigo sol, irrumpió en el cuarto.
Un ángel sin alas,mudo y estirado le pasó su mano escarchada por la frente
se produjo un trueno y la lluvia purificó la casa, entrando por las ventanas
y las puertas,sin mojar el umbral para que ella pasara.

Eso fué en el séptimo dia del Milenio,cuando renació nuevamente su divinidad
atroz y su espeluznante destino.

1 comentario:

Juan Antonio dijo...

Mónica

En el séptimo día
renació su divinidd
limpió su alma
e inició el camino
con las fragancias de su esencia
con la sonrisa al viento
y de la mano de su amigo el Sol.

Un abrazo.

Juan Antonio