sábado, 17 de marzo de 2012

Analogía Transitiva




Tiempos bruñidos, enfáticos,
movidos hacia un lugar puntual.
Atardecer guarecido de la lluvia,
falso disfraz de horizonte que huye
cubierto de ropaje sacerdotal.
Dentro de la mente inquieta
(ruidosa de muchedumbre)
su instinto vive dañado de sí mismo.
(Demencialmente vivo)
Éter impuro dentro del pecho
(tallado de tristeza)
Externo, se moja donde desovan las sierpes.
(Tendrá un día en que decida viajar dentro de sí
para detenerse en un punto exacto)
Lejano de todo aquello que solicite amparo.
Trazando en el aire un silencio que grita a todo
lo que empieza con pe de patrocinio.
El cuerpo lleno de esperanzas y desplante
camina por la acera, como si fuese una avenida
de vientres dóciles bajo los pies ligeros.
(Siente la vida como si se la hubiesen trasplantado)
Transitando en la rapidez exacta de atrapar momentos.
(Transpirando disyuntivas)
Pide regurgitar letras (ruega por ellas)
No todos somos capaces de soportar
el peso de nuestras palabras (ni sus ausencias)
Todo pasa a orillas de ese mar interminable
con olas indecisas de matices verdes.
Ese mar intenso, de brazos torneados,
que le hace conjugar un sueño.
Llegar al punto de partida
enfundado en un lejano cuerpo
que contiene dos espacios abiertos…