" Te celebro amor mío más allá del olvido atroz"
Llegaste a ser
Dios te ilumina
te llama el aleteo
la delectación del vacío
al otro lado del camino
un botón escarlata se propaga
cuando enmudece el ritmo
allá, entre la vibración
cuando una sombra alimenta la grieta
lloro
la palabra se dobla
en el pecho
no llega a la garganta
su profundidad
me llena de lágrimas.
El sol reflexiona en el faro
volverán con su trazo las dunas
del aire afanoso
sacaremos vértigo
donde ella reaparezca sentada,
deificada,
yaciendo en el asiento trasero
de unas pacificadoras naves concéntricas.
Sólo desembocadura habrá
al encenderse las luces
llegaremos sin testigos
y será como un grano bendecido.
La arteria de eterna sangre
fecundará la sementera
hasta la celosa cima
adonde a las aves
se les infunde seguridad.
Algún día mi muerte
no natural
se posará humanitaria
en las orillas rutilantes
sobre aquel ocaso que enlaza
la esperanza
navegará suavemente
entre el anhelo vaporoso
con una tibia melancolía.
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Colaboración del escritor español -José Manuel Arruñada Douglas-
(este poema nacido de su más íntimo dolor, ante la muerte de su esposa)